elquesomecanico escribió:Para comprender ciertas cosas primero es necesario entender algunos cambios motivados por la transición de la prensa en papel a la digital y como siempre en estos casos la primera pregunta que conviene hacerse es ¿donde está el dinero?
La prensa tradicional basaba su negocio en dos fuentes de ingresos: publicidad y ventas. La parte del león estaba representada por la publicidad, una fuente de ingresos cerrada según la habilidad comercial o la facilidad del medio para manipular el IGM, lo que a menudo se lograba mediante envíos gratuitos a centros públicos e instituciones o lanzando tiradas sobredimensionadas, procedimientos que servían a menudo para inflar artificialmente las cifras de alcance y revalorizar el precio de las inserciones publicitarias.
El mundo digital liberó a los medios del coste de la tirada impresa pero al mismo tiempo abrió la puerta a que los ingresos por publicidad tarificada a precio fijo y tasada a menudo según los datos de audiencia, pudiesen ser controlados por los anunciantes mediante procedimientos tecnológicos que permiten controlar el impacto y alcance real de los anuncios. La publicidad pasa a generar tantos ingresos como exhibiciones en pantalla o pulsaciones de ratón obtenga el anunciante. Además se pueden añadir otros parámetros de control como por ejemplo, el de tiempo de permanencia del lector ante la página patrocinada.
Así pues, la rentabilidad e incluso la supervivencia de los medios, queda condicionada a que el lector pinche sobre el titular y abra la noticia, lo que por desgracia y para descrédito de la sociedad en general, se consigue más facilmente con titulares sensacionalistas. Como a menudo el titular es un mero gancho, sucede que a menudo el contenido no siempre guarda una relación directa con el titular, en ocasiones incluso lo matiza o desmiente. Algunas secciones de El Confidencial, por citar el caso de un digital exitoso, son paradigmáticas de esto.
Existe otra circunstancia, en la prensa en papel era difícil si no imposible cuantificar el número de lectores por noticia y/o periodista. En la prensa digital se puede conocer lo uno y lo otro y como consecuencia, como el número de impactos (es decir, accesos a noticia) determina la rentabilidad publicitaria del medio, el periodista se juega literalmente el puesto a la carta de que sus noticias generen suficientes ingresos. Los titulares precisos y objetivos no los generan así que... periodista soso... periodista en paro.
Si el medio digital ha convertido al periodista en un comercial de sí mismo o en un parado en ciernes y si la sociedad no pincha en los titulares rigurosos y anodinos sino en los sensacionalistas ¿qué esperamos? ¿estaríamos hablando de este tema si el titular hubiese sido "El Villarreal B se lleva una intrascendente pachanga veraniega"?
Tenemos los medios que nos merecemos porque en un mercado todo está determinado por la ley de la oferta y la demanda. Si la sociedad no demandase mierda informativa no tendríamos tal. La única respuesta que nos cabe es relegar el sensacionalismo, la manipulación y el "cuñadismo" informativo rechazando de plano visitar los medios que lo practiquen y las noticias que emanen de tales prácticas.
Por desgracia la sociedad quiere tertulias barriobajeras, "Manolos" y zafiedad a propósito de (que no de) la información deportiva. Al informador (que no siempre periodista) se le impone entrar en el juego o quedar apeado del mismo por las bravas y pasar a engrosar las listas del paro pero claro, comer a diario es un hábito difícil de dejar.
Si todo esto viene a decir lo que ya estábamos comentando: el, en general, bajo nivel del "periodismo" (al menos, deportivo) hoy en día.
La cosa es, dentro de lo que hay, ver las mejores opciones, que es lo que el compañero quería saber. Al final, cada uno es libre de elegir si quiere sensacionalismo, noticias copiadas o rigor. Todo ello respetable, claro.
Es más, añado que, en realidad, lo mejor es, si se dispone de tiempo para ello, leer varios medios, para así contrastar.