Hola a todos, aprovechando las vacaciones de estos días navideños, llevo varios días reflexionando sobre la pérdida de hegemonía cultural que tiene el Albacete Balompié en nuestra ciudad y provincia al hilo de que, según comunicó el club a finales de la semana pasada, la cifra de abonados iba por “sólo” 8.500. En la reflexión que quiero compartir, me gustaría que, si ponéis vuestra opinión, a ser posible, intentad ir más allá del “al final esto va de que la pelotita entre o no.”
Suponiendo que el mayor tirón ya se ha dado, para el 11 de enero, que es cuando termina la campaña, podríamos alcanzar alrededor de los 9.000, que es una cifra que sinceramente no sé desde cuándo se consigue, ya que no he podido encontrar el dato, pero calculo que no se alcanza desde el año 2005 o 2006 en Primera o la primera temporada tras el descenso, en Segunda, con lo que estaríamos hablando de que se igualan guarismos de hace casi tres lustros, que se dice pronto.
A pesar de tratarse de una magnífica cifra, me parece un poco escasa, viendo la situación del equipo, el buen juego desplegado, y las campañas que está realizando la gerencia en este aspecto. Y es en este punto donde quiero compartir mi reflexión, ¿por qué no se maximiza esa cifra de abonados? ¿Qué ha pasado en este tiempo para que, dadas las circunstancias objetivas en las que se encuentra la entidad, no haya más tirón? No en vano, y por contextualizar, la capacidad del estadio es de alrededor de 17.500 espectadores, con lo que los abonados apenas llenan la mitad del recinto, aunque bien es cierto que el Belmonte quizá esté un poco sobredimensionado.
A medida que he ido pensando en ello, en por qué falta MÁS tirón en la ciudad y en la afición (aunque se nota en el ambiente que se habla más del Alba), las causas que he ido desgranando han sido las siguientes:
- Declive a partir del descenso de Primera: en general, desde el año 2005, la pérdida de interés de la sociedad por el club y su declive en la sociedad albaceteña ha sido gradual y constante, con ciertos picos identificativos y de resurgimiento vinculados con los ascensos de Segunda B a Segunda. Además, el contexto económico y social que acompaña a la crisis económica de 2008, hace que el club no sea ajeno a esto y empiece a acumular deudas y perder abonados por este mismo motivo, repitiéndose cierto mantra que consiste en que el aficionado pierde empleo y deja de costearse el abono.
- Falta de identificación y conocimiento de la plantilla. Desde siempre, el Albacete Balompié, en última instancia, son sus jugadores del primer equipo masculino y es muy complicado que, obviando a “los 6.500 de siempre” el aficionado medio de la ciudad se enganche a un club que durante años cada temporada ha cambiado a 10-15 jugadores y donde el capitán es un tipo que o bien casi acaba de aterrizar o bien lleva un año o bien resulta ser un canterano con un rol marginal en la plantilla, con lo cual no existen los fundamentales banderines de enganche que hacen que los potenciales aficionados se puedan enganchar al club.
- Gerencias de todo tipo y pelaje. Por nuestras juntas directivas han pasado personajes de lo más variopinto, desde Garrido y su actitud de seriedad burocrática hasta el amigo Echevarría que sepa Dios por dónde para. Los constantes vaivenes, las amenazas de desaparición, los impagos a Hacienda, las ruedas de prensa inverosímiles, etc, han hecho que el club emitiera una imagen de vodevil, donde lo que el aficionado acababa entendiendo es que cada cual trataba de salvarse a sí mismo y si al club algo le pasa, pues se le saluda. El aficionado, entre hastiado e incrédulo, lógicamente, se ha ido desapegando de este circo de correveidiles.
- Barçadridismo hasta para ver la hora. Coincidiendo con temporadas poco ilusionantes en Segunda, salvándote por los pelos, o directamente descendiendo de categoría, a nivel de medios de comunicación nos ha llegado un bombardeo masivo y diario de información, en muchos casos intranscendente, de los dos portaaviones del fútbol patrio: Barça y Real Madrid, Real Madrid y Barça. Estos clubes, además, han contado con unos futbolistas innegablemente excepcionales y unos éxitos rotundos, con lo que la cantera de posibles aficionados al club se ha estrechado mucho ya que, ¿quién se quiere hacer del Albacete con diez años cuando todos tus amigos llevan la camiseta de Messi o de C.Ronaldo que son los que siempre ganan?
- Pérdida de población provincial. Este factor me parece también relevante. La provincia de Albacete y las limítrofes en las que se puede desarrollar pasión y sentimiento de pertenencia hacia el club como Cuenca o Ciudad Real, son provincias que, a diferentes ritmos, van camino de una crisis demográfica. Tal y como muestra el INE, esta pérdida de población se debe tanto a los fallecimientos (son provincias más o menos envejecidas) como a que parte de su población joven ha de desplazarse tanto para estudiar como para trabajar. Este trasvase de población hace que gente que podría ser abonada del club, no lo sea por cuestiones geográficas, de lejanía y de desplazamiento.
- Pérdida de conexión del club con la ciudad y los pueblos. Finalmente, creo que este apartado, pese a ponerlo aquí el último, es el más importante. Más allá de las propias relaciones institucionales club-Ayuntamiento-Diputación-Junta C-LM, el club, desde el período del 2005 en adelante decidió estar de espaldas a la gente, perdiendo las relaciones con las poblaciones de la provincia o de provincias limítrofes, se perdió acercar el club a colegios e institutos y sospecho que para una generación entera, el Albacete Balompié es esa cosa graciosa de nuestra ciudad (o provincia) que cuando gana, “jiji”, y cuando pierde, “jaja” y que cuando veraneo en Santa Pola, “menuda banda el Alba.” Y yo, al menos, siempre he tenido esa sensación de cierta dejadez desde el club en ese período.
Creo que Skyline ha detectado algunos de estos problemas y está actuando (acercando el club a la sociedad, fundamentalmente) de tal forma que se aumente la masa social, tanto en abonados, como simpatizantes, como aficionados, e intenta plantar una semilla de pertenencia al club, es decir, que no se pierdan más generaciones de potenciales aficionados Alba, pero también es cierto que hay otras cuestiones que vienen de mucho tiempo atrás, y que son estructurales, que no dependen del contexto actual y, en las que, por tanto, no se puede actuar.
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