En primer lugar, mucha suerte para Jon en Vancouver. Va a conocer un país muy diferente al nuestro y se va, además, a una ciudad de muchos contrastes, y con un nivel de calidad de vida muy alto. De los mejores del mundo.
Yo soy de los que piensan que, en el plano personal, una oportunidad como esa no se debe dejar escapar. A su edad, es probablemente el último gran contrato que le espera y, seguramente, sea el mejor que ha tenido nunca, económicamente hablando. Además, se lleva para allá en junio a su familia, con lo que sus chiquillos van a aprender inglés casi a nivel nativo, lo que les va a venir excepcional para su futuro.
Dudo mucho que el Alba se pudiera acercar a la oferta económica que le ofrecen los canadienses y si, por un quítame allí esas pajas, ascendemos, me cuesta verle en primera o, si finalmente hubiera permanecido, teniendo un papel relevante en el equipo.
Por tanto, ante una oferta económica que ha aceptado el jugador y, no pasemos esto por alto, también el club (se entiende que al ser un traspaso, el club ve algo de dinero) me parece una opción la mar de razonable la que ha acabado decidiendo. Y la rueda de prensa que ha dado es, sin duda, un motivo claro de por qué era uno de los capitanes.
Entiendo que se le critique con cierto despecho ya que el club que aquí todos seguimos pueda verse en una tesitura complicada lo que queda de temporada y que por ello se le diga pesetero y tal, pero, como diría Rato: “oiga, es el mercado, amigo.” Que para eso vivimos en una sociedad individualizada y capitalista, cada vez más.
PD: Su salida nos abre un puesto de mediocentro defensivo para traer a alguien que sea titularísimo en esa zona del campo y que, en la medida de lo posible, mejore a Erice. Si se acaba consiguiendo, ni tan mal. Si no, a confiar en Malsa y, sobre todo, Barri. El salmantino podría acabar teniendo una oportunidad magnífica de competir en segunda.