por elquesomecanico » Lun 21 Dic 2020 22:15
El plan era salir a empatar, y hemos acabado ganando.
No ha sido perfecto y en Miranda deben pensar qué era preciso hacer para ganar un encuentro que han dominado durante 70 minutos y que han acabado perdiendo contra el peor equipo de la LFP. No ha sido perfecto, pero sí mejor, mejor que lo habitual, mejor que la monótona ramplonería que nos mantenía postrados, mejor que la pasmosa falta de personalidad que parecía el Albacete incapaz de superar.
Porque, siendo realistas, el Mirandés ha dominado y ha llevado peligro. Pero si hemos de ser realistas, hoy el Albacete defendía con criterio propio de un equipo profesional, sin errores inverosímiles, sin que el rival te gane la posición una ocasión sí y otra también. Con eso y solo con eso ya se puede aspirar a empatar; con eso, y solo con eso, llevaríamos cuatro o cinco puntos más; con eso, y solo con eso, el Mirandés ha llegado al área mucho y ha rematado a puerta poco. Tres cuartos de partido de dominio y mucho remates que sin embargo han dejado a Nadal inédito y limitado a meras anticipaciones que por demás ha resuelto bien.
El Albacete, descarado empatador, inesperado vencedor, ha hecho algo más para merecer un punto convertido en tres. Con orden en la media, jugando como un bloque y no como una banda, ha acudido en las ayudas para presionar con sentido y estorbar la progresión del rival. La habitual bandada de pollos sin cabeza ha dejado paso a un bloque que presionaba con criterio y acudía en apoyo de la presión de una forma que, aún cuando el rival la ganase, no faltaba a menudo otro pie con media blanca que sortear. El rival ha perdido mucho fuelle en esa batalla, pues sin el inédito orden defensivo que hemos lucido en la medular, los burgaleses aún marcan y con poco empatan, que no sería la primera vez que nos luce el pelo en semejantes lances. Sin embargo todo ha quedado para el rival en voluntad, correr mucho, chutar fuera y como diría Cervantes "fuese, y no hubo nada".
Sucede que, cuando atenazas el empate por lo civil, por lo criminal o por lo Ortuño, que los berridos del jugador del Mirandés se han escuchado hasta en Aranda, a veces sucede que el fútbol, que tantas veces cierra la puerta, abre para la ocasión una ventana. Por esa ventana nos hemos colado para perpetrarle a los mirandeses un destrozo que debe causar cierto asombro por aquellos lares.
Pero no hemos ejecutado el desfalco como cacos cutres y con suerte, pues de pronto se ha visto a un Albacete inédito, que para la ocasión se ha dedicado a jugar al fútbol. Durante unos gloriosos 20 minutos se ha visto a un equipo que mostraba evidentes recursos ofensivos, capacidad para combinar, para llevar peligro por las bandas y ¡alucinemos colectivamente! para meter pases por el centro e incluso hasta ¡agarraos a la silla! disparar de lejos.
Tampoco habremos descubierto con ello el fútbol, pero hemos manifestado más bagaje creativo en 20 minutos sobre el desierto Anduva que en toda la liga. Más importante aún, nuestro habitual delantero-seta ha sido sustituido por un bloque en el que varios jugadores a la vez, llegan a buscar el centro con verdadera hambre rematadora. Lo que pasa en los equipos normales, vamos, pero que aquí es noticia y motivo de celebración y asombro, por novedoso.
Los goles: un centro medido de Caballo, que a la sazón se ha dejado las consabidas coces y hoy cabalgaba con brío propio del hipódromo de plata en el que compite, y un pase en profundidad de Ortuño, cargado de intención, de los que los rivales nos hacen a nosotros y nosotros no hacíamos nunca. En el primero, Diamanka ha rematado entrando como un puñal, para eso fue fichado entre otras cosas, ese centro medido al que acudían además, otros dos albacetistas. El segundo lo define Peña en solitario, desaprovechar semejante asistencia hubiera merecido pena de destierro como mínimo, aunque mejores las hemos fallado.
En definitiva, sin tirar las campanas al vuelo y sin olvidar que le hemos entregado al Mirandés tres cuartos del encuentro, hoy ha estado el Albacete a nivel profesional, actuando como un bloque maduro y no como la guardería de los horrores y con eso, solo con eso y con atacar como un equipo profesional cuando se ha intentado, se han sacado tres puntos, lo que da idea de cuantos habremos dejado perder por no hacer otro tanto en anteriores enfrentamientos. Individualmente no somo peores que nuestros rivales directos, colectivamente hoy hemos funcionado y por eso esta vez el resultado nos sonríe y nos sacamos tres puntos para acabar el año mirando más de cerca al rival que define la salvación.
[b]¡¡¡TODOS CON EL ALBACETE BALOMPIÉ!!![/b]