Resulta que va la UEFA y clausura el Calderón por dos partidos porque la Policía española retira una pancarta ULTRA a los aficionados franceses, estos se enfadan y le tiran asientos a la Policía, y ésta carga contra ellos con contundencia. El delegado UEFA se permite decir que no había motivos para retirar la pancarta; una vez más, los corruptos directivos del fútbol se pasan por el forro los conceptos más elementales de democracia, ley y Estado, y se permiten condenar a un club por la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que digo yo que, a través de sus responsables de Interior deben rendir cuentas al Parlamento y a los jueces, no a los esbirros de Platini.
Rubalcaba los ha puesto en su sitio, no obstante.
