Retoma Castelo su tradicional SER deportivos tras las vacaciones de verano. Uno se ha quedado a la espera de aquel exhaustivo resumen prometido de la temporada anterior que siempre quedaba aplazado para cuando "se haya logrado la permanencia", aquel objetivo que nos tuvo con el agua al cuello hasta junio pasado. Aquellos escándalos tapados, aquellas indisciplinas a las que había miedo de destapar por mantener el grupo a flote.
En fin, como menos da una piedra, no os martirizo mucho con reflexiones, y citaré concisamente el contenido de la entrevista de Castelo a Ferrando. Primera mitad muy sosa, en la segunda parte Ferrando se ha ido creciendo y hay que reconocer que Castelo se ha soltado un poco también.
Primera afirmación de Ferrando: Estamos cojos en la parte de arriba, necesitamos un delantero y lo estamos buscando.
Castelo intenta sacar el tema Pacheco, pero como pidiendo perdón, se atreve a afirmar que piensa que Pacheco está en su derecho de exigir lo que es suyo, aunque critica a Zalazar por sus declaraciones, principalmente echando en cara que nos haya traído a Peralta y Olivera. Luego dice que el Consejo hace mal en no haber hecho presentación por segundo año consecutivo. Pero, ya digo, como con miedo, no le da pie a Ferrando a contestar y se va a publicidad.
A la vuelta de los anuncios, Ferrando entona su nuevo leit motiv: hay que hacer el equipo primero fuera del campo, para que luego se note la unión dentro del campo. Lo repite alguna vez más a lo largo de la entrevista. Por priemera vez, dice sin tapujos que la relación entre los jugadores el año pasado no era buena; habla de frialdad en la relación.
Seguimos: el objetivo de este año es de obtener 50 puntos y luego ya hablaremos. No nos vamos a salir de ese discurso. Hay equipos con presupuesto superior, y hay al menos doce equipos que formarán el grupo de cabeza, donde se intentará estar.
Entra la entrevista en un bache de aburrimiento, con Ferrando analizando ahora los resultados de la temporada anterior, cosa que a estas alutras no creo que interese a muchos, qué habría pasado si ganamos al Levante y al Lorca, en fin, rollo abrumador.
Cuando estaba yo ya casi echando la cabezada, César se crece cuando le preguntan si pensó dimitir. Dice que en ningún momento se le apsó por al cabeza. A partir de ahí, parece que el café empieza a hacer sus efectos y se anima el cotarro.
Castelo pregunta por Rubén Martín. Plantea la pregunta, ¿por qué dejó de contar con Rubén, si era titular?. Bien , parece que Ferrando se va a tener que mojar, puesto que el sentido de la pregunta va claramente por ¿qué pasó en un momento detrminado del año para que dejaras de contar con él? Respuesta taurina del de Tavernes: larga cambiada: como hemos traído a Valbuena, creemos que la portería está bien cubierta. Ahí queda la cosa, pero Castelo ve que se acaba la entrevista y tiene que preguntar por Pacheco y Bermejo, se juega que lo vuelvan a llamar abrazafarolas, y, haciendo de tripas corazón, pregunta por el uruguayo.
Aquí empieza César a quitarse la careta, si se lee un poco entre líneas; la posición del entrenador es la siguiente:
Necesita otro tipo de jugador.
No entra en el tema del dinero que hay que pagarle: eso es cosa del club, que le paguen lo que haya que pagarle pero no se cuenta con él.
Si tiene que entrenar con el grupo, hará lo que le diga el club.
No ha hablado con Pacheco; si Pacheco quiere, la puerta de ferrando está abierta.
Da un recadito: este tema se tenía que haber solucionado antes, pero no ha habido voluntad de hacerlo.
En cuanto a la confección de la plantilla, dice que se ha implicado más que el año pasado, asume la responsabilidad. Afirma, sin pudor alguno, que si tenemos 80 millones para fichar, no podemos traer a Zambrotta.
El año pasado permitió cosas que este año no va a permitir;este año no hay tonterías. Quiere que veamos al ferrando del 2002.
Faltan diez minutos para terminar la entrevista, y Castelo se atreve: ¿Por qué se ha ido Bermejo?
Se ha ido porque no quería estar aquí. En su contrato no ponía que tenía que jugar obligatoriamente, jugó bastante de titular, y cuando Aranda estuvo bien dejó de jugar. Ferrando dice que contaba con Mario,pero que éste le manifestó que quería irse.
Del 1 al 10, al vestuario del año pasado le pone un cuatro, para afirmar seguidamente que a algunos jugadores que estaban el año pasado no los queire volver a ver ni en pintura. Así de rotundo.
Por último, dice que Peiró le dijo que no quería continuar por estrés y problemas familiares, y cierra haciendo un llamamiento a la afición para que esté con el equipo y bla, bla.