No sé si todo el mundo estará de acuerdo con la calidad periodística de Gozalo; lo que a mí me motiva a escribir en este post es, una vez más, el recuerdo. El sonido inconfundible no es, para mí, un Carrusel que cada día parodia a lo que una vez fue, cuando los anuncios eran anuncios y el marcador simultáneo era Dardo; mi sonido inconfundible hoy es la sintonía de Radiogaceta, un programa deportivo a hora inusual, un programa en el que el deporte no iba del Nou Camp al Bernabéu y vuelta, sino que se hablaba de cosas tan "raras" como los mítines de atletismo, los Mundiales de balonmano, la natación, las motos, los deportes que se diluyen con la misma rapidez con que surgen en los años olímpicos; y sobre todo, mi recuerdo de Gozalo son veranos sin tele, Trofeo Naranja, Teresa Herrera, Colombino, hasta el Carranza, una verdadera competición de prestigio mundial, en la que Gozalo contaba cómo el Palmeiras o el Vasco de Gama acababan el partido con ocho ante un embravecido Betis, por poner un ejemplo. Noches de tangana imaginada, de "inhos" y "aos", tan sonoros como exóticos.
Se van tantos, acompañantes nuestros, amigos cercanos sin saberlo, ley de vida. La radio deportiva, por encima del larguero y sin montar en el carrusel. Y aquí seguimos, cumpliendo años.