Pablo Buendía: «Es una gran oportunidad y no voy a desaprovecharla»El defensa albaceteño, que firmó con el Hapoël Ramat-Gan de la Primera División israelí, afirmó que «estoy contento y trabajando duro, porque la exigencia física es muy grande»Juan Carrizo
El albaceteño Pablo Buendía está afrontando su nueva aventura en Israel con una gran ilusión. Tras dejar el Albacete sin que ninguno de los entrenadores que han pasado por el primer equipo haya confiado en sus posibilidades, al defensa albaceteño se le presentó la oportunidad de jugar en la Primera División de Israel y, pensando en que la experiencia puede ser enriquecedora y se le pueden abrir otras puertas, para allá se embarcó Buendía, tras firmar un contrato por tres temporadas con el Hapoël Ramat-Gan, un equipo de un barrio residencial de Tel Aviv.
La Tribuna de Albacete se puso en contacto con Pablo Buendía, que se encuentra realizando una pretemporada que califica realmente dura en el aspecto físico pero que de momento marcha por buen camino ya que ha sido titular en todos los partidos amistosos que su nuevo equipo ha disputado desde su llegada, incluido uno de Copa.
Lo primero era saber cómo surge la posibilidad de ir a Israel y Pablo Buendía relató que «varios técnicos acudieron durante el año pasado a ver a Ness Zamir. Parece ser que les gustó mi juego y se empezó a hablar de la posibilidad de jugar en Israel. El técnico de un equipo vino expresamente para verme en el último partido de liga, pero tengo mala suerte y en el minuto 15, en un salto, tengo una luxación en el codo y se esfuma la posibilidad, pero en otro equipo que habían visto unos vídeos, un par de semana después, cuando ya me habían quitado la escayola, me dicen que les gustaría probarme y aquí me planté».
Enseguida, Buendía gustó a los técnicos y rápidamente hablaron sobre el contrato. «A los tres días de entrenamientos me dicen que quieren firmar un contrato de cinco años, demasiados para mí. Obviamente, firmar uno no era posible y yo hablo de dos, pero al final se queda la cosa en tres temporadas con una opción para una cuarta. Esta oportunidad es muy interesante y estoy francamente contento. Todo se cerró antes de ir a Austria, donde hicimos un stage de 10 días y jugamos tres amistosos. Ya de vuelta, el pasado sábado jugamos un partido de Copa y en todos los partidos he sido titular y he jugado todos los minutos».
El Hapoël Ramat-Gan ha dado un cambio en su dirección y eso ha implicado diversos cambios. «Se cambió el presidente y ha entrado otra gente que está haciendo un club nuevo, con muchos jugadores nuevos y aquí estoy tratando de adaptarme».
Y es que además de lo que supone estar en otro país, Pablo Buendía también tiene que acostumbrarse a un estilo de juego muy diferente al que estaba acostumbrado. «El técnico tiene las ideas muy claras, pero aquí el fútbol es muy loco. Se va un campo a otro y no hay un momento de pausa. Si te hacen tres ocasiones seguidas lo normal es intentar parar el partido para tener el balón, pero aquí lo que se lleva es ir rápidamente a la portería del rival. Eso conlleva un gran esfuerzo físico y me está costando mucho adaptarme a esas exigencias. Aquí hay que correr mucho para demostrar que puedes jugar. El calentamiento dura 25 minutos y estamos a 40 grados así que cuando vas a empezar de verdad ya estás chorreando de sudor».
«La pretemporada está siendo dura, con mucho trabajo, pero todo se suple con la ilusión que tengo por la oportunidad que se me ha presentado en un equipo de Primera División. Obviamente mi intención es dar la talla y hacerme un hueco aquí. No vine para firmar un contrato y echarme a dormir. Esto es una oportunidad de las que se presentan pocas y puede ser un trampolín en mi carrera. El plus de motivación que tenemos los que venimos de fuera se lo tenemos que contagiar a esta gente, que es uno de los motivos por los que están trayendo gente de fuera. Aquí el fútbol es como un trabajo, acabas el entrenamiento y te vas a tu casa sin tener un trato con los compañeros como ocurre en España».
El defensa albaceteño ha encontrado un problema con el idioma, ya que afirma que el hebreo es realmente difícil. «No hay quién se entienda. Más o menos me defiendo con el inglés y por lo menos la gente trata de ayudarte. El hebreo es imposible. He aprendido las órdenes mínimas, pero cuando está alguno hablando en el vestuario y la gente se ríe, uno se siente un poco desplazado, pero habrá que acostumbrase».
Por lo menos ha encontrado alivio con los últimos fichajes, otro español, José María Gutiérrez, que viene del Rácing B, y un uruguayo, Claudio Rivero, durante varios años capitán del Fénix uruguayo.
DOLIDO CON EL ALBACETE. El defensa albaceteño mostró su malestar por las formas en la que ha salido del Albacete Balompié después de estar 15 años en el club. El caso es que, ante la oportunidad que se le brindaba para jugar en Israel, su primera intención fue preguntar al Albacete sobre su situación y entonces se enteró de que el club le había dado de baja en la Seguridad Social. «Después de 15 años lo mínimo que podían haber hecho era decirme a la cara que no contaban conmigo y agradecerme los servicios prestados, pero me tuve que enterar porque me habían dado de baja en la Seguridad Social».
«No me han dicho ni hasta luego ni gracias por los 15 años en el club e incluso me deben algún dinero. Obviamente estoy dolido porque nadie del club me haya dicho ni un hasta luego. Entré en el Alba en benjamín de segundo año y he jugado en todas las categorías», añadió.
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