sonia escribió:El tema de la propiedad intelectual no es más que una cortina de humo (que tampoco viene mal para recaudar) pero el transfondo es tratar de controlar el único medio hasta hoy en día no controlado socio-políticamente (al menos globalmente).
Para que vamos a engañarnos, a toda dictadura encubierta .. perdón democracia, no le gusta que la gente piense por sí misma, que se exprese por sí misma, que tenga sus propias fuentes de información, etc .. le interesa una masa homogénea y sin capacidad de crítica.
Curioso que dictaduras y dic...democracias se pongan de acuerdo en su continuo afán de controlar la red de redes. Y esto no es más que uno de los diversos ejemplos de control sobre la población.
Eso sí , me gustaría que todos los esfuerzos que hacen por "defender" la propiedad supuestamente intelectual, los llevaran a cabo de igual forma para defender nuestro bienestar o nuestra seguridad como ciudadanía ...
Yo no creo que se trate de controlar el entramado de la red con fines políticos. Si esto fuera así, no se trataría de sacar adelante una medida tan poco populista y que tiene en contra a la mayoría social. Además, teniendo en cuenta que el sector audiovisual que se vería favorecido sería uno tan elitista como el que es. Que son artistas que tienen influencia en mucha gente, sí, pero cuando a esa gente les tocan temas relacionados con "dineros" se dejan de músicas y películas.
No creo que se trate de controlar a las masas a través de internet y de crear una sociedad de borregos que no piensen por sí solos. ¿Por qué cerrar una web con series gratuitas implica acordonar la libertad de pensamiento de esa gente? No se está reduciendo el número de la oferta ni siquiera la pureza de la misma. Lo que se pretende es modificar el trasvase de contenidos hacia el usuario.
Más bien, lo que me parece es que se trata de un movimiento estratégico con fines económicos. El capricho de suprimir la publicidad de RTVE a costa de las empresas de telecomunicación generó un clima de tensión y una ruptura, previsible, entre gobierno y dichas empresas. Ahora, el gobierno contraataca cerrando, o tratando de cerrar, las páginas webs detrás de las que están las empresas, casualmente, de telecomunicaciones. Por cierto, las que perciben cantidades enormes de dinero gracias a esas webs, a las descargas, a la publicidad, a los banners, etc.
Y por otro lado tenemos a los intelectuales de toda la vida. Lo más normal es que éstos hayan podido ver deteriorada su confianza en el presente ejecutivo. La situación no invita a bromas y ellos son los primeros en sufrir la crisis, proporcionalmente. Menos gente en los cines, menos discos vendidos, etc. Por ello, el gobierno convencido de que debe regular la propiedad intelectual decide posicionarse de la manera más inteligente: contra las empresas de telecomunicación, las que ya estaban en su contra y a favor de los creadores, artistas y compañía, aquellos que ya tenía en el bolsillo.
Se trata de favorecer económicamente un sector un otro. Porque los primeros, todo sea dicho, deben de conseguir una cantidad enorme de pasta para que líen la que están liando. Recordemos que detrás de todos los movimientos de blogs y demás webs hay personas, ya se sabe con qué fines. No me creo yo ni nadie que defiendan la libertad sin más, por amor a unos valores y a unas necesidades autoimpuestas y generadas, paradójicamente, por los creadores a los que ahora están enfrentados. Éstos, por su parte, es lógico que vean con malísimos ojos perder los privilegios de los que gozan a costa de unas necesidades en el usuario que, como digo, ellos mismos crean a base de publicidad y los propios contenidos. Es decir, que se trata de cambiar el pastel de dueños o de dejarlo en manos de los que está.
Y en medio de todo, ¿quiénes? Los de siempre, los consumidores, los usuarios, los ciudadanos. No sé hasta qué punto nos beneficia, con el actual sistema de majors y productoras, no pagar un duro por los contenidos. Es tan fácil como pensar que los creadores, con menos medios, no podrán crear nada de la misma calidad. Se reducirían los gastos, con ello las inversiones y como resultado se conseguirían peores productos finales. Está muy bien tenerlo gratis, pero alguien tiene que pagar lo que vale. Quizá ese sea el problema, lo que vale.
No obstante, ni mucho menos es permisible que haya una élite que goce de tales privilegios. No. Es un tema que me recuerda mucho al de los controladores. El gobierno ha hecho lo que ningún otro tuvo valor a hacer y es plantarle cara a un sector con mucho poder. No está haciendo lo mismo con los autores y eso chirría, preocupa y enfada.
El actual sistema de productores, autores y demás se está viniendo a bajo por la imposición del desarrollo tecnológico y social. Por lo tanto, hay que modificarlo. No puede ser que estúpidas estrellas de un momento puedan vivir de la renta sin generar nada nuevo que redunde en beneficios para el estado. De la misma manera no puede permitirse que páginas web gratuitas inciten a cometer un delito penado y sepulten en la mierda a esa sociedad creadora que, no olvidemos, genera cultura: libros, cine, música...
Terminando, que tenía la intención de escribir dos párrafos pero me he liado, lo que hace falta es una reforma inteligente y seria, que redunde en el beneficio social y no en el económico o el electoral. Hace falta que las personas que son capaces para ello se olviden de elecciones o presiones o estrategias y trabajen por el beneficio común. Hace falta honradez y no tanto mamoneo e hipocresía.
Yo tengo fe en que esto último acabará ocurriendo (aunque no sé si lo veré). La gente cada vez es más inteligente, tiene más cultura y es más difícil de engañar. Y, para colmo, tiene todo el poder que le permite internet, que no es poco (véase Wikileaks). Aunque creo que hace falta un "golpe de remo" importante para despertar del letargo del bienestar a todos los que deberíamos poner el grito en el cielo. ¿Quizá la crisis consiga despertar ese espíritu crítico?