Que una persona no tiene obligación de expresarse como decían que lo hacía Cicerón es cierto. No lo es menos que alguien que ocupa un puesto de cierta relevancia social, cual es la presidencia del Consejo de una sociedad, debería hacer un esfuerzo por utilizar el idioma con la corrección suficiente para hacerse entender. El caso Contreras es paradigmático: cuando se convirtió en presidente del Consejo del Alba le achaqué sus deficiencias en la expresión oral a la falta de costumbre oratoria. Unos años después. constato que las lagunas que el español de Contreras presenta vienen de más lejos. Alguien me podrá decir que no todos tienen la oportunidad de completar una formación académica que incluya este extremo. con la consecuente acusación de elitismo hacia el que se atreve, en este caso yo, a hacer la observación. Creo sin embargo que la curiosidad por aprender no caduca, y nunca es tarde para adquirir unos rudimentos que mejoren la imagen de aquel que tiene entre sus ocupaciones la de expresarse en público.
Cuando uno quiere dirigirse hacia alguien con el debido respeto, lo puede hacer de dos formas: o se le llama Don Ángel, o señor Contreras. El presidente del consejo se dirigía sistemáticamente a los que tomaban la palabra como "señor Ubaldo" o "señor Juan Luis". Tufillo a
signore siciliano, parece.
El acto de levantar una sesión implica formalidad en sí mismo. Las reuniones informales no necesitan levantarse, dice uno "nos vamos" y asunto acabado. Es typical Contreras anunciar, eso sí, puesto en pie, que "se levanta la sesión formalmente" . Cuenta un amigo de un pueblo próximo a Albacete que un paisano suyo resultó muerto al caerle encima el tractor con el que realizaba las labores propias del campo. Aplastado el cuerpo por el tractor, llegó el juez y ordenó el preceptivo levantamiento del cadáver, a lo que uno que andaba por allí respondió que primero habría que levantar el tractor.
Preguntado por un accionista por la duración del contrato de Ferrando, Contreras se despacha con un "Ese comentario demuestra que usted quiere poco al Albacete", o sea lo del culo y las támporas, o lo de lo otro y comer trigo.
"Hacemos un receso para fumar .... los fumadores" ha pasado desapercibida.
Por no hablar de las contestaciones desabridas, con formas tirando a groseras.
Concluía un accionista su intervención recurriendo al refranero: "Al gandul y al pobre todo le cuesta doble". Contreras, en un intento por congraciarse con la parroquia (antes de desvelar la operación de tráfico de jugadores con el Villarreal) le pregunta ·¿Yo soy el gandul o el pobre?" Eugenio en su esplendor de los ochenta no lo supera.
Cuando sale el tema (recurrente) de la devolución de los Rolex, al que con ironía de buen abogado recurre López Ruiz, Contreras responde que "¿cómo localizamos ahora a los jugadores del ascenso?" Mandándoles un sms, Ángel, o por "el Intenné"
Cuando Ángel se pone más tierno es cuando se hace la víctima. Hoy volvió a su discurso favorito, el de la deuda que encontró cuando llegó al consejo. Entonces se abrió "el puerto del toril" y salió el astado terrorífico. Juro que, en primera instancia, entendí "el puerto de Turín", y ya me estaba ubicando geográficamente y viendo si los todopoderosos lombardos habrían conseguido la salida al mar, cuando caí en la cuenta de que hablaba de la "puerta de toriles", que, confundida quizá por la muy taurina denominación de "portón de los sustos" resulta en este contrerismo que merece encabezar la antología del ya dimisionario presidente.
"La Junta me merece muy respeto" y "respeten la voz de don Francisco Molinero"
Tengo que repasar la grabación de la junta, porque se ha referido Contreras, como no podía ser menos, a la equivalencia de euros y pesetas. Se ve que ya considera demasiado vulgar calificarla sólo como "antiguas"; por una vez , aunque sólo en parte, le tengo que alabar el gusto, las pesetas no son antiguas, la peseta es la "antigua" moneda de curso legal en España, no se le puede poner el adjetivo "antigua" a la peseta. Pero Contreras va más allá, se adorna barroco y habla de "las antiguas y queridas pesetas" o "las antiguas y bonitas pesetas". Junto con "el foro adecuado" y "la diosa Fortuna", entrará, sin duda, en el Top Ten contreril.
Claro que si el profesor Ubaldo se postula efectivamente como sustituto vamos a seguir yendo bien servidos. Valgan un botón de muestra:
-"Dice un libro de D. Alberto Alonso Ureba y D. Antonio Roncero, que todo el mundo sabe quién son"