cuque escribió:Ana2000 escribió:sonia escribió:Otra pregunta, ¿para sentir todo eso realmente es necesario que sufra el animal? José Tomás se jugaría la vida de igual forma castigando o sin castigar al animal.
En las plazas el sufrimiento gratuito no está premiado, al contrario, se castiga con mucha dureza. Un torero que no mata a la primera, que pincha en hueso, y vuelve a pinchar y vuelve a pinchar, y que al final tiene que descabellar, se lleva los abucheos del público, ensucia su faena. Nadie le felicita por alargar la muerte del toro, por multiplicar su sufrimiento. Tampoco se premia al torero que hace el payaso con el toro, está mal visto incluso tocarlos con la mano, o faltarles al respeto de alguna manera. Para los puristas, hasta las mujeres torero eran una falta de respeto hacia el toro.
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¿Y de verdad opinas que hay algo de sufrimiento no gratuito en la lidia? ¿Y de verdad crees que hay algo de respeto hacia el toro en la lidia?
De verdad que opino que nada del sufrimiento del toro es gratuito, absolutamente nada. Todo lo que se le hace a un toro dentro y fuera de la plaza tiene un fin concreto. El objetivo de lidiar un toro bravo no es putearlo porque nos gusta verlo sufrir. Es conseguir que el torero y el toro lleguen a una comunión, a un "baile", a una complicidad, que se rompan las barreras de lo animal y lo humano. Para que el toro siga el compás del torero, con suavidad, con largueza, sin sobresaltos ni cabeceos, con armonía, es necesario provocarle un estado de alerta especial, el que adopta cuando defiende su vida a sangre y fuego.
Por ejemplo, al mismo salir a la plaza, tras cuatro pases de capote se le enfrenta al picador. Esa señal de pica sirve para que el toro adquiera fijeza en los pases, de otra manera el toro sale suelto a cada pase que se le da. Además sirve para abrir el camino de las futuras banderillas. Y sirve también para poner al toro sobre aviso, para que adopte una posición de ataque. No se le pica para reírnos más, en definitiva.
Con las banderillas ocurre tres cuartos de lo mismo, no son para que se joda el toro. Las banderillas sirven, entre otras cosas, para controlar la fuerza del toro, y a la vez para que humille, porque si no baja la cabeza, no se le puede torear, y para espolearlo. A la vez, es una ocasión de enfrentarse al toro con muchísimo valor, y te aseguro que para correr en dirección a un toro con sólo dos palitroques en la mano hace falta mucho, pero mucho valor. Yo correría, por ejemplo, pero en dirección contraria sin ninguna duda.
Luego viene la faena de muleta, en la que se demuestra cuánto sabe de toros un torero. Parece mentira que estas personas que tantas veces son muy ignorantes, incultos (ahora menos, claro), son enciclopedias con patas sobre los toros. Cuando llega a la muleta el torero ya sabe por dónde tiene tendencia el toro a embestir, cuánto sube o baja la cabeza por la derecha o por la izquierda, si tiene querencia a las tablas, si se queda corto, si le falta aire, si ha sido muy andarín o poco en la dehesa, si... No te haces una idea de la cantidad inimaginable de matices que tiene cada toro, y de lo atento que está el torero a cada gesto del animal. Para él su toro no es un trozo de carne con patas que está ahí para reírnos, te lo aseguro. Respeto máximo al animal es lo que hay.
Y cuando ya no se le pueden dar más pases, porque el animal está cansado o ha llegado al final de la pelea, derrotado, es cuando se le sacrifica, de un sólo espadazo limpio y profundo que mata al animal en pocos segundos. Y cuanto más certero sea el espadazo, mayor será el premio para el torero. Como decía antes, jamás se premia el sufrimiento gratuito del animal.
Además, cada tercio tiene una duración máxima determinada, de manera que la muerte de un toro no es una tortura eterna de horas y horas, como sí pasa en las fiestas de los pueblos con los pobres torillos que sueltan para "reírse" con ellos. Esa es la diferencia: en la plaza se les respeta, en ese tipo de juergas no. Tirar un toro al mar atado a una cuerda no es respetarlo. Matarlo en una plaza de toros, si el torero no es un manta, está lleno de respeto.
Si a los toros los matáramos como a las vacas de los mataderos, o como a los cerdos, o como a los pollos, o como a los corderos... me parecería peor. Lo que pasa es que como todas esas carnicerías salvajes no las vemos, como a mí sólo me llega la bandejita de carne higiénica y preciosa a mi casa, para hacer a la plancha, y no veo al animal retorcerse en el suelo con las tripas fuera, ni lo oigo gritar, ni huelo su sangre, pues eso nos parece a todos muy natural y bueno. Y lo del toro, como se emite por televisión, es una salvajada y una cosa de gente malvada. No puedo estar de acuerdo.