Gracias de todo corazón por los servicios prestados. Por las innumerables horas que dedicaste desde tu dorada jubilación a recopilar acciones para echar a los de antes. Gracias por engatusar primero y engañar después a Julián Rubio. Gracias por tener a raya a los periodistas, censores como tu es lo que necesita este país. Gracias Gonzalo, de verdad, de corazón, te doy las gracias pro haber dejado el futuro deportivo de este equipo en manos de un (con todos los respetos) un abuelo de tu época de arbitro, ya bastante trasnochado para que descompusiera a sus anchas y con tu beneplácito, lo poco estructurado y con sentido que teníamos. Gracias por tus esfuerzos Gonzalo, por tus desvelos, por tus brillantes negociaciones con Hacienda. Gracias Gonzalo, porque con todas y cada una de tus acciones y decisiones has demostrado que un arbitro es un arbitro. Que nunca podrá salir nada bueno de una persona que en la vida elige ser el malo de la película. Que nunca podrá salir nada bueno de un arbitro como tu. Gracias por haber constatado con hechos, lo que hasta ahora solamente era una teoría. Pero una vez agradecido por todo, vete ya. No destroces más, vete ya. Ni vales, ni sabes. En una empresa privada ya estabas despedido. Haznos un favor, háztelo a ti mismo, vete ya. Y si aún tienes mano dentro de esto que ahora es un circo y que hace un tiempo fue un club de fútbol, llévate a tus socios. Si queréis podéis seguir recogiendo acciones, pero de Endesa, o de algo parecido. Por todos nosotros, gracias y adiós. Gonzalo, eres muy malo, y nos la has liado muy gorda.
Tal vez no sea actualidad del Alba. ¿Pero a qué debería serla?