No tenía muchas ganas de escribir. Pero, después de lo de ayer, es mejor echar fuera el veneno. Y copy - paste a la web y me ahorro más angustia....
Creo que, objetivamente, la situación no puede seguir así. No pretendo encontrar una fórmula mágica ni una solución milagrosa: se que en fútbol no existe. Solo trato de analizar la situación lo más objetiva y serenamente que puedo (y os invito a todos a que hagáis lo mismo). Ahí va.
Estamos en el punto de no retorno o muy cerca de él. Cerca del límite en el cual ya no es posible abortar el batacazo.
Quique está absolutamente perdido. Lo veo incapaz de invertir la horrorosa dinámica en la que estamos. Tras una pretemporada, dos rondas de Copa, trece jornadas de liga, muchos cambios de hombres, de sistemas, algún que otro affaire turbio (Valbuena, Sanz, ...) e incomprensibles obcecaciones (Begoña), ayer quedó patente con lo que dispuso sobre el terreno de juego, la actitud del equipo y la suya en el banco y hasta con los cambios que introdujo que permitirle continuar y seguir por el mismo camino es absolutamente imposible. Se acabó el crédito para él (y para algún otro también).
El Alba está para reformar y la cuadrilla de albañiles tiene que entrar al tajo sin perder un segundo o la cosa no va a estar para abril o mayo. Yo lo siento por Quique pero, con claridad meridiana lo afirmo, yo no le permitiría seguir al frente del equipo.
llegados a este punto, no necesitamos un entrenador de postín. Ni métodos revolucionarios ni planteamientos innovadores. Claro está que son indispensables al menos tres o cuatro incorporaciones. Y de las que cuestan dinero porque, viendo como está económicamente el fútbol en general y la segunda en particular, a ver si vamos a ser los únicos gilipollas que nos vamos a hundir por intentar (que no conseguir) el milagro económico de deshipotecar el Club: eso es imposible.
Necesitamos un hombre de fútbol que, simplemente, sea capaz de ver claramente nuestra situación y comprometa pelea y ganas en intentar remediarla. Y que empiece las cosas por el principio: no puedes pedirle a un jugador que haga algo que no sabe: tiene que centrar el que sabe, tiene que llevar la manija el que sabe y tiene que sacarla al patadón el que sabe. Ejemplos de esto hemos vista ya varios este año. Pues tan simple como eso: pongamos a cada uno a hacer lo que sabe y el que no sabe hacer nada, a la calle. Y si nos quedasemos sin gente en la primera plantilla (que todo puede ser) pues ahí está el filial. Y a partír de ahi, a funcionar.
Si aun hay una posibilidad es ésta. La operación es a vida o muerte, y hay que intervenir ya. Y soportando sobre nuestras espaldas la losa de que a pesar de todo la historia pueda acabar mal.
Si no se actúa ya, hay dos opciones más.
La primera: pasamos la temporada arrastrandonos como hasta ahora, incluso hacemos el ridículo por momentos y acabamos el ejercicio con 33 puntos. Descenso a Segunda B y desaparición del Albacete Balompié como Club. O, aunque es casi imposible, travesía por el desierto en el muy improbable caso de que el Alba fuera económicamente viable.
La segunda: el equipo se transforma de Mr. Hyde al Dr. Jeckyl, se consiguen 55 puntos más de aquí a final de año y Quique, Máximo y Panadero nos tapan la boca a muchos, se descojonan de nosotros y se vanaglorian de su sapiencia y buen hacer.
Si yo tuviese que tomar una decisión, o buscar un apoyo o incluso, que coño!!, pedir ayuda lo tendría clarísimo. Como siempre podría equivocarme o no, pero yo metía la tijera.
Porque si llegara a existir un F. C. Albacete o Sporting Albacete, aparte de que me la traerían floja, significaría que mi Alba ha muerto.