por Abramovich » Lun 10 Dic 2007 23:58
Resulta muy difícil superar la herencia dejada: aquellas mamarrachadas que protagonizaba Ángel Contreras, esas patadas al diccionario, aquellas otras frases que sonrojaban a propios y extraños. Pero sólo en los últimos días hemos podido leer que el movimiento de Bandera Blanca está causando sensación en Europa, y que Galiacho está alcanzando cotas de líder europeo conferenciando a lo largo y ancho de Europa sobre el "milagro Ubaldo"; ahora, en la propia web oficial del club observamos con admiración que tampoco es todo lo malo perder y hacer el ridículo si el Rácing de Ferrol nos acompaña en la desgracia; que después del partido, las fuerzas vivas del club se tomaron unas cañas para darse ánimos y reafirmarse en la idea de que los medios de comunicación y los pocos aficionados que todavía soportan el tedio han establecido una perversa alianza para echar del poder a los que de manera tan altruista están consiguiendo alargar una agonía heredada. Leer y no parar, quejarnos cuando no deberíamos caber en nosotros del gozo de ver a nuestro gurú Galiacho predicando la verdad por Europa. Por Dios bendito, desaprovechar la sabiduría de Panadero con minucias como que si vamos a descender a Segunda B. Sois desagradecidos, hermanos de la plebe y del graderío.
Resulta triste ver cómo todavía hay quien cree que Ubaldo es un gran jurista, que por algo da clase en la Universidad (por algo lleva la tira de años sin moverse en el escalafón académico, viendo cómo los antiguos compañeros de departamento lo superan como el piloto del Spyker ve a Alonso doblarlo sin remisión); cómo todavía alguien admite que Panadero conoce tan bien los entresijos del fútbol que está poniendo en su sitio a tantos díscolos e ignorantes; aún justificará alguien que se hayan tirado por la borda siete u ocho partidos sin portero, para forzar una negociación de contrato, y el pasado sábado se salga a jugar con un portero mermado; se justificará el ostracismo de Cañas y Sanz en que el que la hace a este Consejo la paga, aun a costa de colocarse al límite de la debacle. En definitiva, me siento muy triste de ver que hace sólo dos años se tiró la posibilidad de mantener a un equipo en primera división porque al año sigueinte iba a ser coser y cantar la recuperación de la categoría, y de que ahora se esté calcando el prcedimiento, con el agravante de que el descenso a Segunda B tiene unas consecuencias infinitamente más graves.
He leído, visto y oído todo lo que se podía leer, ver y oír hoy sobre la crisis del Alba. Perdón, casi todo, porque cuando me disponía a apagar la tele he pasado por las emisoras locales terminando con ABTV.´En sólo tres minutos que quedaban de programa he escuchado estas bonitas perlas:
-"Hay que mantener la cabeza fría; es el momento de no dejarse llevar por lo que nos piden las tripas" Una de las más reputadas cabezas pensantes de los otrora combativos Bandera Blanca, José Luis García Guerrero, pide calma. Respeto mucho a García Guerrero, profesor universitario de reconocida capacidad en el ámbito académico (no como el jurista asociado), pero me produce mucha tristeza escucharle decir eso; porque no se lo cree ni él.
-"Hay que ver cómo se baja a Segunda B, porque hay tres o cuatro mil personas, los de siempre, ños que van al fútbol siempre" Esto lo ha dicho un individuo al que no tengo el gusto de conocer. Esta es otra idea que ha calado, curiosamente entre las nuevas generaciones; hay un núcleo de gente, de unos tres o cuatro mil de edad indeterminada, que van siempre, en primera o en regional. Por ejemplo, los que iban en los tiempo heroicis de Segunda B, en los ochenta. Pues, por desgracia, de ésos, yo conozco unos cuantos veteranos de la grada que ya no están. Pero es que, aparte, pondré mi grano de arena. A mí, en Segunda B y bajando así (si es que se obrara el milagro de no tener que salir en Tercera), que no me esperen. Y que me diga alguien que no quiero al Alba. Cuando vea el año que viene a cuatro mil en la grada me pago una ronda. O dos (si son pequeñas).