Empate "populista"; punto que no sirve para nada, dicho de otro modo. Este equipo juega igual de mal que desde que se inició la temporada, y el camino que llevamos, a pesar de este empate, nos lleva derechitos a Segunda B.
Si no lo quieren ver, es su responsabilidad, su desconocimiento de lo que es el fútbol profesional y, en particular la Segunda División. El equipo pide a gritos un revulsivo y, por lo que se ve, echarán al entrenador cuando sea imposible (más de lo que es ahora) permanecer. Incapacidad absoluta en el cuadro técnico (había que ver la cara de Quique Hernández y de Monteagudo, sí, Monteagudo después del gol del Córdoba), impotencia en los jugadores, incapacidad de transmitir a la afición ni un gramo de ilusión.
Está más que claro, a día de hoy, que Quique no va a terminar la temporada. Cada minuto que se pierde en tomar la decisión es un minuto de vida que se le quita al Albacete.