por elquesomecanico » Mié 26 Dic 2007 11:47
Humo, como siempre, humo.
Humo hasta atufarnos.
En esta ocasión la coartada ha sido el tiempo, la inconveniencia de una moción de censura que conllevaría una asamblea extraordinaria en un momento crítico de la temporada.
Hay que reconocer que en esta ocasión la coartada es creible y está bien buscada: si la directiva no saca al Albacete adelante pasará a la historia de este equipo como el grupo de miserables que se negaron por soberbia a compartir el poder con otros más capaces. Brillante coartada.
Pero es coartada al fin, los errores de la directiva, sus limitaciones, su capacidad para ponerse a la masa social en contra, no ocultan el desapego de la oposición hacia el futuro del Albacete, su falta de decisión para dar pasos al frente y su intermitencia opositora, cuya labor ya por costumbre, se hace solo patente tres o cuatro días antes de las asambleas generales.
Los Bandera siguen siendo los únicos que han dado un paso un firme paso al frente, tan firme que se niegan en redondo a ceder siquiera una parte de sus competencias y se aferran al cargo con ambas manos y hasta con ambos pies. Ese es nuestro drama: quienes pueden no quieren y quienes quieren no pueden.
Un dicho inglés dice que "quien no quiere cuando puede, cuando quiere, no puede" Candel no quiso en su momento, salvo que su candidatura-express del año pasado, presentada a última hora cuele como intento serio de obtener algo. Los Banderas han podido compartir el poder y la responsabilidad y tampoco lo han hecho, quedaran por tanto como responsables de lo que suceda de ahora en adelante y deberá reconocerseles el mérito o demérito en toda su extensión.
Y la cosa pinta mal, tan mal que por pura clemencia deberíamos aplaudir a Ubaldo que se haya presentado voluntario a su propia crucifixión. O reirnos de como dilapida su imagen pública por soberbia y se presenta voluntario a máximo responsable de la desaparición del Albacete.
O lo tienen muy claro y estan convencidos de que esto sale a flote, claro está que son los únicos que lo creen. Un despropósito del consejo acompañado del despropósito de los grandes accionistas, acompañado del desconcierto de los pequeños accionistas y rematado en la aprobación de las cuentas, aprobación para la cual el consejo no disponía de mayoría por sí mismo y para la que necesariamente ha necesitado los votos de otros... aun hay quien los apoya ¿quien está jugando de farol? ¿quien respalda al consejo pese a todo? ¿por que se aprueban unas cuentas que despues de la junta son calificadas de inaceptables?
Demasiadas preguntas que tienen por respuesta tan solo el desconcierto.