Hoy muchos dicen que el comportamiento de la afión en el día de hoy, llenando el estadio con 10000 personas es de 10. Puede ser, me emocioné al ver que la gente había respondido al llamamiento y que entre todos teníamos que arrimar el hombro para salvar a este equipo. Hasta el comienzo del partido una afición admirable, pero después...
No creo que salir de forma indiferente, silenciosa, aguntando la lágrima, del Carlos Belmonte sea de ser la mejor afición, ni hoy ni en toda la temporada.
Aunque no nos lo creamos, la afición es capaz de mover los cimientos de una institución, por muchos votos que hayan tenido en una Asamblea. En mi opinión, nos podemos quejar, pero la culpa de que estemos en esta situación la tenemos todos. ¡¡Pero es que hasta el propio Quique Hernández se sorprendía de que después de perder los 5 primeros partidos la afición aún no se quejara en el campo!!
Deberíamos haber sacado los pañuelos hace mucho tiempo, deberíamos haber pitado hacia el palco desde tercer partido al ver cómo se había construido el partido, deberíamos haber esperado a los jugadores y directivos a las puertas del estadio hace muchísimo tiempo.
Y muchas otras cosas que se te ocurren cuando estás cabreado. Y no invento nada, que existen muchos ejemplos de aficiones que con su indignación han logrado tirar a toda una directiva para que otros intentaran enderezar el rumbo.
Muy triste, ésto es muy triste, pero nada, no sabemos hacer otra cosa que salir resignados del Belmonte. Pues así nos va. Mira como cuando un torero se esconde en la plaza de Albacete se le echa la gente encima. Vamos, por favor.
En fin, está claro quienes son los responsables directos, pero no nos podemos engañar, de esta situación que se veía venir somos culpables todos.