Jordi Ferrón: «Me hubiera gustado despedirme de la afición en el campo»
Sobre si habría aceptado la renovación en caso de habérsela ofrecido, dijo que «visto el final, no era bueno ni para mí ni para el club que yo siguiera en el Albacete Balompié»
Jordi Ferrón, tras cuatro temporadas, deja el Alba con la pena de no haber podido llegar al centenar de partidos con la camiseta del conjunto manchego. Se quedó en 98.
JUAN CARRIZO
Uno de los jugadores que dejará el Albacete es Jordi Ferrón, tras cuatro temporadas en el conjunto manchego en las que ha vivido de todo, desde cuando le retiraron la ficha en su primera temporada, los buenos años siguientes y una temporada, la recién finalizada, en la que quedó relegado a la nada en las últimas jornadas y se le quedó el mal sabor de boca de haberse quedado a punto de cumplir los 100 partidos con el conjunto manchego, algo bonito de recordar.
Ferrón comentaba ayer que había finalizado una etapa en la que hubo de todo. «Han sido cuatro años en los que han pasado muchas cosas, unas mejores y otras peores. Siempre me he sentido muy a gusto y como es ley de vida en el fútbol se ha terminado una etapa y ya está, no hay que mirar más allá».
Con mejores y peores actuaciones, lo que nadie le puede negar a Ferrón es que ha sido un jugador con garra, con entrega, de los que siempre dan la cara y de los que aportan un grado de implicación muy superior al de otros jugadores. Por ese motivo siempre ha sido querido por la afición, lo que ha sentido y de lo que está agradecido. «Siempre he conectado bien con la afición, quizás por eso que comentas de la entrega. La afición siempre me ha tratado muy bien, en los momentos buenos y en los momentos malos y fue una pena no poder despedirme de la gente en el campo. Lo importante en esos momentos era que el equipo se salvara, como así ha sido».
Sobre ese tramo final del campeonato en el que Ferrón quedó fuera incluso de las convocatorias a pesar de las lesiones de Pablo García y Kike, el jugador no quiso polemizar. «Me hubiera gustado despedirme de la afición en el campo, sobre todo porque según las cuentas me quedaba poco para cumplir los 100 partidos y es algo que me hubiera hecho mucha ilusión. Pero esto es lo que tiene el fútbol. Los jugadores, cuando interesamos bien y cuando no interesamos pues no se cuenta con nosotros. Ya no soy un chaval y ya sé como funciona esto. Insisto en que me hubiera gustado despedirme de otra manera».
La temporada ha sido francamente difícil y mantener la categoría ha supuesto un esfuerzo supremo después de una primera vuelta del campeonato sencillamente horrorosa. Ferrón comentó al respecto que «la temporada ha sido complicada. Un equipo como nosotros, que ha estado todo el año abajo, que se ha salvado al final, demuestra la calidad humana que había en la plantilla. Empezamos con una desventaja muy importante pero hemos sabido ser fuertes, aislarnos de todo y tirar del carro, porque casi todo el mundo nos daba por muertos».
«El principio fue muy malo pero luego empezamos a remontar el vuelo. Tuvimos dos oportunidades con Quique Hernández de salirnos de la zona peligrosa, pero en ese momento no acabamos de sacar la cabeza y ha tenido que ser al final cuando hemos dado el paso definitivo. Las victorias, cuando cuestan conseguirlas, cuando se sufren, pues saben mejor. Nosotros hemos sufrido muchísimo pero logramos el objetivo», añadió.
A punto de cumplir los 30 años y después de estar varios años en Zaragoza y Rayo Vallecano, además de Albacete, parece que la idea de Ferrón es la de quedarse ya cerca de su Barcelona natal. «De momento estoy de vacaciones. Llevo muchos años fuera de casa y ahora mismo no me preocupa saber donde voy a jugar. Ya veremos lo que pasa. Jugar en Segunda no es mi prioridad. He jugado en Primera y en Segunda muchos años, y lo que quiero es estar a gusto con mi familia, donde nos sintamos queridos y donde se me valore como futbolista».
Para terminar, y cuestionado por el sabor final de boca que le queda tras su paso por el Albacete, Ferrón finalizó diciendo: «A nivel personal han sido cuatro años muy buenos. He vivido muy a gusto, aunque las expectativas con las que vine se vieron truncadas el primer año», cuando José González lo dejó sin ficha, «por lo que ese primer año fue desastroso, pero el segundo fue muy bueno, el tercero también y este año, hasta el momento en que cambiamos de entrenador también estaba siendo bueno. El míster se decidió por otros jugadores y prefiero reservarme mi opinión al respecto. Me hubiera gustado renovar para tener un papel importante en el equipo, pero visto el final no era bueno ni para mí ni para el club que yo siguiera en el Albacete».
Fuente: La Tribuna de Albacete